El Amor


EL VERDADERO SIGNIFICADO DEL AMOR


Todo el mundo habla del amor, amor de pareja, amor de padres, amor de amigos, amor de compañeros, “hacer el amor”, etc.  Y la verdad es que la mayoría de la gente de nuestros días ignora el verdadero significado de la palabra Amor.   Y es que lo confunden con el cariño, la estima o la atracción.   Todas esas cosas pueden formar parte del Amor, pero no son el Amor.   El Amor con mayúscula, para ser tal, tiene que reunir necesariamente estas dos condiciones:

a)     El deseo sincero de la felicidad ajena
b)     No pedir ni esperar en ningún caso nada a cambio

El Amor pues es un sentimiento puro, edificado sobre la espiritualidad.   El cariño, la atracción, etc., por muy positivos que puedan parecer, están edificados sobre lo material.   No hay egoísmo en el Amor, lo cual elimina de entrada todas las negatividades que aquél conlleva.   Como se hace el bien sin esperar ninguna recompensa, ni siquiera la reciprocidad, no existe el interés negativo, no existen actitudes egoístas.  
Yo creo que podemos aprender muchas cosas de los animales, sobre todo de los domésticos, basta con observar sus reacciones y forma de vida.    Una de las cosas que algunos de ellos pueden enseñarnos es el cariño desinteresado.   Tal es el caso de los perros, fieles amigos que son capaces de permanecer al lado de su amo aún en las peores circunstancias.   Cuando yo era niño, tuve un perro al que llamábamos Nap.  Era un perro corriente, sin pedigrí, pero muy inteligente, y sobre todo, con una capacidad de amar muy grande.   Nap nunca se olvidaba de mí ni de mis hermanos, aunque no nos viese durante meses.   Recuerdo que tuve que trasladarme durante unos años a otra ciudad, por lo que sólo podía ver a Nap un par de meses al año.   El día de mi regreso, él salía corriendo a recibirme, moviendo el rabo con entusiasmo y echándoseme encima.  Para él yo era alguien conocido que le trataba bien y que le quería, a lo que él correspondía de la mejor manera posible.   Para Nap, como para todos los animales de compañía, no importa si su amo es feo o guapo, blanco o negro, pobre o rico, es sencillamente alguien a quien quieren.   Ellos aman sin condiciones, como deberían hacerlo todos los humanos.    Desgraciadamente a la mayoría de las personas sí les importa si el individuo tiene dinero o no, buena posición o no, si es guapo o feo, etc.   Sigue privando en nuestra confusa sociedad el interés material sobre el espiritual.   Aprendamos pues de los animales, de esos seres a los que muchos desprecian y maltratan, dando muestras de falta de sensibilidad y de ternura.    Esos seres que llamamos irracionales, saben ser nobles y fieles.   Lo he visto no sólo en Nap, sino en otros animales con quienes he tenido la dicha de convivir. 
          El poder del Amor es inmenso y son muchas las maneras en que podemos manifestarlo:  Caridad, comprensión, tolerancia, compasión…   Pero es importante tener en cuenta que nadie puede dar lo que no tiene.  Para amar a los demás, debemos primero amarnos a nosotros mismos y eso implica cuidar  mi cuerpo físico, mi mente, mis emociones, y por supuesto,  mi espíritu.



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