En esta ocasión, ISABETH HICKMAN ha querido compartir con los lectores su propía experiencia personal en su lucha contra el cáncer de mama, y esperamos que su testimonio pueda ayudar de alguna manera a las mujeres que están padeciendo esta enfermedad, y también subrayar lo importante que es detectar el cáncer a tiempo.
EN
EL DÍA DEL CÁNCER DE MAMA (19 de octubre)
TESTIMONIO DE MI PROPIA EXPERIENCIA
Yo estaba en la Universidad, estudiaba y trabajaba, cuan recibí la dura
noticia especificando el tipo de cáncer al que tenía que enfrentarme.
Una de las compañeras de despacho explicaba que a su joven cuñada le habían
practicado una mamografía, y el resultado fue: cáncer.
Alegremente, yo dije que a mí nunca me habían hecho una mamografía. Sin
más, en ese mismo instante, fui al ginecólogo y le dije que nunca me habían
hecho una mamografía. Me hizo una exploración rutinaria y derivó una solicitud
para la mamografía.
El resultado fue que tenía un “tumor de 3 mm”. También, me practicaron una
punción.
Puse en marcha mi autoayuda, que toda la humanidad llevamos en la mente. Supe
que existe cuando, años después, comencé a investigar para escribir libros
sobre el Poder de la Mente, en Filosofía Oriental, Filosofía Conductual y
Filosofía de Vida.
Lo primero que hice, después de la noticia, fue ir a la peluquería a
cortarme el pelo. Siempre lo hago cuando tengo algún problema.
Por la tarde me fui a la universidad, como si no pasara nada, donde
estudiaba Trabajo Social.
Mi pareja y yo teníamos previsto un viaje a ver a su familia que anulamos
sin dar ninguna explicación. Tenía muy claro que no quería decir nada a nadie,
que nadie me fuera a preguntar el resto de mi vida: cómo te encuentras. No
permitía que nadie me preguntara qué tal
estás. Mi madre me telefoneaba para preguntar y, le dije que, si esa iba a
ser la razón de sus llamadas, no me hiciera ninguna más.
A la semana siguiente me operaron. El diagnóstico fue bueno: conservaba la
mama. El tumor era hormonal. Hubo sesiones de irradiación en los ovarios.
Para eso tenía que viajar a la gran ciudad. Quise ir yo sola en autobús, de
hecho, fui un día, pero, resultó demasiado duro para mí. Volví malísima, física
y psíquicamente y, entonces, sí que tuve que pedir apoyo.
El tratamiento había comenzado con Sesiones de telecobaltoterapia. Un
taxi me recogía en mi casa para llevarme a un hospital. Iba yo sola, sin nadie
que me acompañara. No quería pedir ayuda por si alguien no estaba en
disposición de dármela. No quería gastar energía, necesitaba toda para mí en
Consciencia Absoluta. No quería despertar lástima en nadie. Para la lucha a la
que me enfrentaba, mejor sola, concentrada en mí.
Mis apuntes de la universidad siempre me acompañaban, estudiaba en el
trayecto y en la sala de espera. Me apoyé en mi carrera universitaria.
Ni un minuto de compasión, pero no contaba con el caballo desbocado, cuando
era consciente y cogía sus riendas ya estaba en la muerte, estaba en el llanto.
Me sentía sola. Un día le dije a mi pareja que parecía que no le importase
mi enfermedad y me contestó: yo no estoy
enfermo. Me dolió y mucho.
Siguió el ingreso de 24 horas, en la
Unidad de Braquiterapia para la implantación de agujas vectores metálicas y
obturadas. No podía estar ningún acompañante en la habitación. Para no
sentirme sola, deprimida, pedí a cada uno de los miembros de mi familia que me
escribieran una carta. Pensé que era la manera de que estuvieran a mi lado.
Cada vez que me bajaba la moral, abría un sobre y leía una carta: pareja,
hijo, mamá, hermana mediana, hermana pequeña…
Me impresionó mi pareja, en la firma había plasmado cuatro besos de sus
labios pintados de carmín.
Al finalizar las sesiones, pensaba que ya había acabado, que había
terminado con todo tratamiento. Pero mi hermana fue a su médico -amigo suyo-,
director de una clínica privada. Al
explicarlee mi caso, él le dijo que lo que ahora tenía que hacer era
quimioterapia, que no me podía quedar en ese punto, que las células son muy hijas de puta.
Así que, por la privada, me realizaron sesiones de quimioterapia, sin
pérdida de pelo. Aunque yo, una vez más, acabé en la peluquería y con el corte
de pelo al uno.
Razón, sin duda, tenía ese doctor.
La cuñada de mi compañera, por quién comenzó esta parte de mi vida, a quién
no le practicaron quimio, falleció. Al cabo de unos pocos años, murió.
EN CONSCIENCIA ABSOLUTA NADIE PUEDE IMAGINARSE LO QUE ES EL CÁNCER.
“CAMINO
CON LUMINISCENCIA KÁRMICA”,
3er.
Libro de la SERIE LEAN LEYENDA, donde encontramos:
Acción
Causa-efecto Consecuencia. Karma. Energía Eterna. Tus movimientos la crean. Te
está esperando. Consciencia Absoluta.
Pseudoterapias:
Hatha Yoga, Taichi, Chi Kung, Ayurveda, Espagiria, Pranayama, Meditación,
Chakras, Mantras, Mudras, Bandhas, El Poder de la Mente, Calobiótica, Consciencia
Absoluta, Yangsheng, Eudaimonia.
Filosofía
Oriental, Unión de Oriente y Occidente.
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