LAS RELACIONES TÓXICAS
Hoy en día se habla mucho de las llamadas relaciones tóxicas, aunque no es un hecho nuevo ni típico de nuestro tiempo. Es simplemente otra forma de llamar a esas relaciones humanas en las que dos personas no pueden entenderse, para vivir en armonía y evitar salir lastimados. Mucha gente piensa que este tipo de relación se da entre parejas románticas, novios, matrimonios, pero lo cierto es que también se da entre amigos o familiares, y en cualquier entorno social. Son relaciones que de una forma u otra crean dependencia, en las que los protagonistas se sienten atrapados en una red de la que es muy difícil salir.
Generalmente, se establece una relación tóxica entre dos tipos de personas, una manipuladora y otra sensible y vulnerable, que suelen sufrir dependencia afectiva y tienden a volcarse hacia otras personas. Es normal que la parte manipuladora ejerza un control, que puede llegar a ser asfixiante, para la otra parte. Además, los métodos que utiliza no siempre son obvios o aparentes. Evidentemente, esto puede provocar que la “víctima” no se dé cuenta a tiempo de lo que está pasando.
Obviamente, es muy importante que las personas se den cuenta lo antes posible si están en una relación tóxica, para encontrar la forma de liberarse. Ante la menor sospecha de que este es el caso, debe analizar cuidadosamente la situación. Como decía, a veces no es fácil identificar las señales, lo que dificulta salir a tiempo de esta relación negativa. Puede ser de gran ayuda para la persona analizar su situación, lo que no le gusta de la relación, cómo se siente, lo que echa de menos, dificultades emocionales, etc. Si es evidente que tiene los siguientes síntomas, definitivamente es una relación tóxica:
1- Sentirse angustiado
2- Sentirse como un prisionero
3- Sentirse infravalorado
4- Sentirse humillado
5- Sentirse frustrado
6- Sentir un vacío al lado de la otra persona
7- Sentir inseguridad y miedo
Es común que una persona que es víctima de una relación tóxica se pregunte cómo pudo llegar a esta situación. Lo cierto es que las causas pueden ser diversas. Una de las más frecuentes ocurre cuando una persona intenta que la otra parte cambie, que cambie su carácter, forma de vida, forma de comportarse, etc. Obviamente no eres consciente de que no importa cuánto lo intentes, la otra persona solo cambiará cuando esté dispuesta a hacerlo. Cometes el grave error de basar tu relación en expectativas poco realistas, lo que al final solo te traerá frustración y sufrimiento.
Otra causa importante es el miedo a la soledad. En este caso, la "víctima" prefiere continuar con la relación tóxica, antes que tener que enfrentarse sola a la vida y al futuro. Por eso, muchos acaban adaptándose a su situación y la mantienen, aunque sea fuente de sufrimiento. Por lo tanto, no es raro que tengan la esperanza de que la situación cambie con el tiempo. Pero lo peor es que en algunos casos están convencidos de que quizás las censuras, las críticas, las denuncias del otro lado están bien fundadas. En otras palabras, se convencen a sí mismos de que son un desastre y que sería muy difícil encontrar a alguien más que los apoye. Al fin y al cabo, lo que intentan por todos los medios es encontrar una excusa para continuar con la desastrosa relación.
También puede ser una dependencia afectiva que provoque que la persona quede atrapada en una relación tóxica. En este caso, espera que la otra parte cumpla sus deseos emocionales. Evidentemente, corres el riesgo de no poder gestionar tus problemas emocionales, limitándote y provocando desavenencias emocionales.
Uno podría preguntarse qué se debe hacer para evitar ser víctima de estas relaciones negativas. Para evitar ser víctima de estas relaciones negativas, es importante dejar claro que la otra persona, aunque al principio pueda parecer positiva, más tarde puede tender a denigrar y menospreciar a su pareja, comenzando a manifestar claramente sus actitudes negativas en el futuro. Esto significa que no debemos dejarnos llevar por una primera impresión y estar alerta si empezamos a ver actitudes negativas.
No olvidemos que en las relaciones tóxicas, un miembro suele ser posesivo, controlador y autoritario. También tiende a abusar de su independencia, en perjuicio de la otra parte, que ve que quien está a su lado le da poco o ningún valor a la relación. Para empeorar las cosas, también tiende a aumentar la culpa de la "víctima" y chantajearla emocionalmente. Y esto empeorará con el tiempo si no se contienen estas actitudes.
Para terminar este tema, recordemos que los mejores antídotos contra las relaciones tóxicas son desarrollar la autoestima, la fuerza de voluntad y la confianza en uno mismo.
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