La salud empieza en tu intestino y
tu microbiota es la responsable,
tenerlo sano depende de ti
La mayoría de las personas no es consciente de la
importancia que tiene tener los órganos internos sanos y en pleno rendimiento.
Las personas nos arreglamos por fuera, un buen maquillaje, ropa bonita, buenos
zapatos, pero olvidamos algo muy importante; cuidar nuestros intestinos. El
70%de nuestro sistema inmunológico depende de nuestra barriga,
del microbiota que contiene.
Todo pasa por tus intestinos
Investigadores de la Universidad de Illinois en
Chicago, han encontrado una clara relación entre trastornos del sueño, la
presión arterial elevada y los cambios en el microbioma intestinal. Se pudo comprobar cómo dormir 28
días con un sueño deficiente modifica la microbiota, la buena noticia es que
cuando se mejora el sueño otra vez, los parámetros vuelven a la normalidad.
Descansar es clave para regenerar el organismo, y una dieta adecuada también.
También debemos reseñar la relación de la microbiota y
nuestro cerebro a través de la activación del nervio vago, un nervio que se
extiende desde el recubrimiento de los intestinos hasta el tronco cerebral.
Todo está unido.
Una microbiota sana contribuye tanto a que tengamos
una piel radiante o que podamos sufrir de piel atópica.
¿Influye la microbiota en tu salud emocional?
Por supuesto que sí, el 80% de la serotonina, la
hormona del bienestar, se produce en el intestino, ¿te sorprende? La microbiota
se encarga de producir serotonina, de la absorción de los nutrientes que
comemos, influye en tu estado emocional, de provocar ansiedad, de conseguir que
duermas descansando, no hay duda de que es el epicentro de nuestra salud y sin
darnos cuenta la descuidamos.
Qué pasa si la microbiota se
desequilibra
Cuando se altera puede provocar una serie de
reacciones en nuestro cuerpo, molestias como hinchazón, gases, dolor de cabeza,
se inflama el intestino, la pared intestinal se VUELVE permeable permitiendo el
paso de sustancias nocivas a la sangre. También provoca dificultad para
asimilar los nutrientes de la dieta. Si ocurre esto es cuando llegamos a la
raíz de enfermedades graves como cáncer, depresión, obesidad, diabetes, asma,
fibromialgia, fatiga crónica, alergias, cardiopatías, ansiedad.
Para evitar que no nos pase todo esto, debemos revisar
cómo y qué comemos y cómo vivimos.
Tres pilares básicos a tener en cuenta si queremos
mantener nuestra microbiota sana son:
- Hacer
deporte de forma regular, aumenta la variedad de microbios intestinales
beneficiosos, mueve el cuerpo, nada, baila, corre, camina a paso ligero.
- Medita
y relaja tu cuerpo, tal como hemos hablado, el intestino y tu cerebro
tienen una conexión, el intestino es nuestro segundo cerebro, el estrés
puede alterar gravemente la microbiota, lograr calmar la mente te
beneficia. Cada persona calma la mente de una forma, meditando, haciendo
deporte…
- Dormir
bien es clave, la falta de sueño reparador nos altera, comemos peor,
aumenta la ansiedad y se desequilibra la microbiota.
El estrés nos enferma y altera la microbiota, pasear por la montaña entre
bosques y vegetación es ideal.
Qué debes evitar y potenciar
en la dieta
Debes
moderar la ingesta de: carnes rojas, carnes procesadas, azúcar y harinas
blancas.
Debes
potenciar verduras, legumbres, fruta, cereales integrales, alimentos
fermentados como el kéfir, yogur, miso, chucrut, kombucha, prebióticos y
probióticos.
Incluye en
tu día un suplemento para mejorar la digestión, pero lo más importante es
adecuar tu dieta a tus necesidades reales.
En próximos
artículos iremos viendo más datos y te aportaré distintas herramientas para que
consigas mejorar tu microbiota y así vayas recuperando la salud o algo más
importante, prevenir futuras enfermedades.
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