LA GRATITUD Y SUS BENEFICIOS
Hay personas que dicen que no tienen nada que agradecer porque no han conseguido en la vida las cosas que creen que más necesitan. Y hay quienes niegan a Dios porque piensan que Él no ha escuchado sus oraciones. Obviamente no se dan cuenta de que todos tenemos algo por lo que estar agradecidos. Sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor y ver que somos muy afortunados, que hay mucha gente en el mundo que no tiene algunas de las cosas que nosotros tenemos. Cada día debemos agradecer que podamos ver, oír, hablar, caminar, cuando hay personas ciegas, sordas, mudas y paralíticas que quisieran estar en nuestro lugar. Y somos muy afortunados si tenemos un techo sobre nuestras cabezas, ropa para cubrir nuestros cuerpos y comida para alimentarnos. Ser conscientes de esto nos hará sentir mucho mejor, porque sabremos valorar lo que tenemos y evitaremos cualquier sentimiento de frustración.
La gratitud es un sentimiento muy positivo que hace que una persona valore y aprecie el bien o beneficio que alguien le ha brindado. Es la gratitud la que conduce al deseo de retribuir de alguna manera el favor recibido. Podemos decir que es verdadero cuando una persona experimenta aprecio y reconocimiento por alguien que le ha ayudado. Por lo tanto, no se trata de devolver un favor, sino todo lo contrario, es una muestra de afecto y corresponde a una actitud amable y positiva.
La gratitud tiene que venir del alma, no puede ser sólo una palabra. No se trata de decir “gracias” mecánicamente para quedar bien. Detrás de ello tiene que haber un sentimiento profundo.
Lo opuesto a la gratitud se llama ingratitud y es algo muy negativo. Las personas que adoptan esta actitud suelen tener un problema de narcisismo y creen que merecen la ayuda que reciben. Algunas personas piensan que el mérito es sólo suyo e ignoran por completo lo que otros aportaron para alcanzar sus objetivos. La ingratitud suele ser típica de personas que desde pequeñas tuvieron demasiado de todo lo que querían y crecieron sin aprender a valorar lo que otras personas les daban. No hay duda de que aquellos que han pasado por dificultades saben que la ayuda de los demás es de inmenso valor.
Ser agradecido puede traernos muchos beneficios. Está claro que es un factor esencial para tener una actitud positiva ante la vida, siendo un sentimiento que nos enriquece y nos puede llevar a vivir una vida más plena, saludable y abundante. Las investigaciones científicas han demostrado que las personas agradecidas tienden a tener corazones más sanos, enfermarse con menos frecuencia y sentirse más felices.
Quiero terminar de leer algunas estrofas del Poema de la Gratitud, de Amélia Rodrígues, psicografiado por Divaldo Franco:
Señor, muchas gracias...
Por el aire que nos das, por el pan que nos diste, por la ropa que nos vistes, por la alegría que tenemos, por todo con lo que nos nutrimos... Muchas gracias por la belleza del paisaje, por los pájaros. que vuelan en el cielo índigo, por tus mil regalos.
Muchas gracias, Señor, por los ojos que tenemos... Ojos que ven el cielo, que ven la tierra y el mar, que contemplan toda la belleza... Ojos que se iluminan de amor ante el majestuoso festival de colores de la generosidad. ¡Naturaleza! ¿Y los que perdieron la vista? ¡Déjame orar por ellos a tu noble corazón! Sé que después de esta vida, más allá de la muerte, volverán a ver con alegría desenfrenada...
Muchas gracias por mis oídos, por los oídos que me dio Dios. Gracias, Señor, porque puedo escuchar tu sublime nombre y, así, puedo amar... Gracias por los oídos que registran la sinfonía de la vida en el trabajo, en el dolor, en la fatiga... El gemido y el canto de el viento en las ramas del olmo, las lágrimas dolorosas del mundo entero y la voz lejana del cancionero...

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