Me gustaría compartir con mis queridos lectores algo
que he aprendido En los últimos tiempos y que ha agregado mucho a mi salud en
general. Hablo de los frutos secos. Hace un tiempo vi um reportaje de un señor japonés de más
de cien años, totalmente saludable y lúcido, haciendo palestras para empresas a
los 105 años. Y cuando le preguntaron cuál era el secreto de su longevidad
respondió que era muy sencillo: caminar bastante, comer menos y reír más. Me
llamó la atención su desayuno que consistía en varios platitos de frutos secos.
Desde entonces empecé a pesquisar y hacer uso diario de raciones de estes
maravillosos y bendecidos alimentos, cuyos beneficios he podido comprobar en mí
misma.
Los frutos secos se llaman así porque tienen una
característica en común: en su composición natural (sin manipulación humana)
tienen menos de un 50 % de agua. No se deben confundir con los productos
provenientes de las frutas desecadas. Hay que tener en cuenta que en los frutos
secos la parte aprovechable no es el fruto en sí, sino la semilla.
Los frutos secos más conocidos son: Almendras, Anacardos o Castaña de Cajú,
Avellanas, Cacahuate, cacahuete, caguate o maní (aunque clasificado como
legumbre, está considerado popularmente como fruto seco), Castañas, Castañas de
Pará o nueces de Brasil, Gevuinas o avellanas chilenas, Nueces de Macadamia,
Nuez moscada. Nueces, Nueces de Pecán, Piñones (Semillas de algunas especies de
araucaria), Pistachos (frutos del árbol denominado alfóncigo), Semillas
de calabaza (Denominadas pepitas en México y pipas en España), y Semillas de
girasol (Denominadas pipas en países como España o Argentina).
Beneficios para la salud:
Las propiedades y compuestos alimenticios que poseen los
convierten en herramientas valiosas para la medicina preventiva.
Los frutos secos son ricos en grasas saludables que cuidan la salud
cardiovascular. También se destacan por su alto contenido energético y por su
aporte de vitaminas, minerales, proteínas y fibra. En cuanto a su perfil graso,
se compone en su mayor parte de grasas insaturadas. Además, son una buena
alternativa de lípidos y proteínas de origen vegetal por lo tanto su consumo en
una dieta sana será fundamental.
Entre sus muchas propiedades beneficiosas está la de ser
útil para combatir patologías coronarias, ya que ayudan a reducir los niveles
de colesterol malo y a regular la presión arterial, al tiempo que mejoran la
circulación sanguínea. Además, según diversos estudios, también ayuda a evitar
el desarrollo de determinadas enfermedades intestinales. Por lo tanto, una alimentación
con ellos nos abastecerá de fibra, permitiendo así regular el tránsito
intestinal y prevenir el estreñimiento. La fibra también genera sensación de
saciedad, por lo que reduce el hambre, lo cual es importante para dietas de
adelgazamiento.
Los frutos secos contienen cantidades apreciables de
vitamina E, que tiene propiedades antioxidantes, y poseen la mayoría de las
vitaminas B. Todo esto unido a las sales minerales fundamentadas en metales
tales como el fósforo, el magnesio, el cobre, el hierro, etc., los convierten
en un alimento muy apropiado para aquellas personas vegetarianas que quieran
prescindir de la carne.
Está demostrado que algunos metales tales como el selenio
y el zinc presentes en los anacardos y en las nueces de Brasil promueven la
fertilidad masculina, ya que se ha observado una producción menor de
espermatozoides asociada a dietas bajas en estos metales.
El contenido en calcio de estos alimentos hace que puedan ser en algunos casos sustitutivos de la leche, especialmente en aquellas personas que presentan intolerancia a la lactosa o son veganas. Non hay duda de que la ingestión de frutos secos ayuda a prevenir la osteoporosis (enfermedad que produce una debilidad de los huesos por falta de calcio). Los frutos secos que más calcio tienen son las almendras (240 mg/100 g) las nueces de Brasil (170 mg/100 g) y las avellanas (140 mg/100 g).
Los frutos secos en la Gastronomía
Se suelen emplear mucho los frutos secos en la
elaboración de diversos productos culinarios, por ejemplo, en ensaladas donde
acompañan a las verduras (en algunos países se denominan coloquialmente
«piedras») y a los aperitivos que se sirven en algunos lugares. También se
utilizan en los potajes de la cocina persa y en los aromáticos postres de la
cocina árabe.
Algunos de los aromas a frutos secos que se pueden
apreciar en los vinos blancos y tintos no provienen de la adición de estos
frutos al vino, sino a la maduración que ha logrado el sabor.
Advertencia: Es importante advertir que los frutos secos pueden
desencadenar reacciones alérgicas en personas muy sensibles, por lo cual estas
personas deben evitar consumirlos (principalmente cacahuetes, almendras,
nueces, castañas o avellanas). También suelen producir fermentaciones en el
intestino, por lo que podrían provocar flatulencias. Y es recomendable beber
bastante agua después de consumirlos.
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